Pestañas

martes, 19 de marzo de 2013

El postigo

La historia que voy a tratar en esta entrada es cómo, en mi infancia, me imaginaba una una coplilla que me contaba mi abuela. Ahí va:

Angelito joven e infantil. Sin saber qué es el miedo un postigo abrí. Humo y luz aparecieron. Un ventanal abierto con un sol resplandeciente oculto por incienso que con los rayos se volvía rosado. María estaba sentada delante del ventanal en un pollo de cantería. A Jesús en el regazo sostenía. Este muerto y ensangretado con paño blanco. María, túnica de cielo y un "manto encarnado que le ha manchado su hijo con la sangre del costado". Qué sería aquello. Extraño pero calmado. Una imagen que en la vida he olvidado.

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